En Tokyo (Japón) nos han instalado hace unos dos meses, unos dispensadores automáticos de alcohol y tabaco «especiales» para que los menores no puedan utilizarlas.
Estas máquinas dispensadoras tienen una cámara que reconoce facialmente la cara de la persona que compra, y si detecta la cara de un menor de edad, no le deja comprar.
Desde hace unos días también las han instalado en otras ciudades como Osaka, Kobe, etc. De las 570.000 máquinas dispensadoras de tabaco que hay en Japón, unas 4.000 tienen este sistema de reconocimiento facial.
Desde enero del 2008, las dispensadoras «callejeras» de productos como tabaco y alcohol, se utilizaban con la llamada «Taspo cards» que es una tarjeta gratis de la «tabacalera japonesa» que te identifica como adulto, pero para los extranjeros o personas que no la tengan, es un engorro utilizar estas máquinas.
El problema es que los niños japoneses roban la «Taspo Card» a sus padres, por lo que esta «medida anti-tabaco» es una inutilidad.
Pues bien, las nuevas máquinas «anti-adolescentes» fallan cuando delante de la cámara, se muestra una foto con la cara de un adulto. Incluso las fotos de 8 Cm de altura son aceptadas sin ningún problema, pero las de tamaño carnet o incluso un poco más grandes de 3 Cm ya no las acepta.
La susodicha maquinita funciona así: compara tu cara con la de las 100.000 personas que tiene en su base de datos y si detecta que tienes menos de 20 años, te pide que introduzcas el carnet de conducir. En Japón la mayoría de edad es partir de los 20 años.
Según la empresa que lo fabrica, tiene una precisión del 90%… (hay que tener morro).
Más info en K-LCA (en japonés), Digital World Tokyo (en inglés) y PinkTentacle.com (en inglés).